¿Cómo vibra la cuerda al sacar un buen sonido?
- MiViolinBlog
- 21 ene 2020
- 3 Min. de lectura
Siempre se nos ha enseñado a pasar el arco con una velocidad constante, un buen peso sobre la cuerda y la mano totalmente relajada. Pero ¿Por qué se debe hacer de esta forma?
Hay varios factores a tomar en cuenta, tanto sea la velocidad del arco, como también el punto de contacto y la presión que debemos ejercer. Al hacerlo correctamente, la cuerda comienza a vibrar de una forma especial. Como se ve en el video, hay un punto de movimiento que pasa por toda la cuerda, esta vibración es generada por la fricción de las cerdas al pasar a una velocidad y presión correspondientes. En el siguiente dibujo se puede apreciar que sucede exactamente.
La acción del arco conduce a las cuerdas a un ciclo continuo de pegado-resbalamiento-resbalamiento-pegado. Esto sucede ya que la fuerza de fricción estática es mayor que la fuerza de fricción cinética.
Imagen: Facultad de ciencia de Australia.
Con una fricción estática alta, el arco tiende a pegarse a la cuerda (“stick” en la imagen), y por un momento lleva a la cuerda con él. Mientras tanto la torcedura de la cuerda viaja por toda ésta y se refleja en el extremo. Cuando este punto vuelve al inicio, donde el punto de contacto, la tensión de la cuerda tira en contradirección del movimiento del arco.
Bajo condiciones ideales (¡que son muy difíciles de aprender!), se libra fácilmente del arco y se mueve a través de este con muy poca fricción hasta volver al punto de comienzo en donde el arco arrastra nuevamente a la cuerda. Cuando se pone recta, esta no se detiene, ya que todavía lleva en sí el momentun y sigue en movimiento hasta que eventualmente se detiene y comienza a de forma contraria.
Así pues, el aumento de la velocidad del arco por unidad de tiempo significa que se transmite mayor energía al violín. Si la presión permanece constante, todo cambio en la velocidad producirá un cambio en la dinámica: una mayor velocidad generará mayor volumen sonoro, una velocidad menor reducirá el mismo.
La presión que el arco ejerce sobre las cuerdas puede proceder del peso del arco, del peso de la mano y del brazo, de una acción muscular controlada o de una combinación de cualquiera de estos factores. El arco, al ser una palanca, sigue las leyes fundamentales que se aplican a éstas. Su peso se percibirá menos en la punta, y crecerá gradualmente hasta alcanzar el máximo en el talón. Una desafortunada consecuencia de este carácter de palanca es el hecho de que una presión o peso iguales aplicados a todo lo largo del movimiento del arco tienen como resultado una presión desigual sobre las cuerdas.
En cuanto al punto de contacto podríamos definir este término como el lugar concreto, en relación con el puente, en el que el arco debe entrar en contacto con la cuerda para obtener los mejores resultados sonoros. Ya se ha demostrado que la localización de este punto varía con la velocidad y la presión del arco. Habría que añadir ahora que, además de la velocidad y la presión, existen otros factores que influyen en la localización del punto de contacto. Éstos son la longitud, el groso y la tensión de la propia cuerda.
En las cuerdas más delgadas, el punto de contacto está más próximo al puente que en las más gruesas, y que en las posiciones más altas este punto está también más próximo al puente que en las posiciones más bajas. Esto significa que con todo cambio de una cuerda a otra y con cada cambio de posición, el punto de contacto debe variar, por poco que sea, si se pretende que la velocidad y presión del arco permanezcan inmutables.
Teniendo en cuenta estos factores, y sabiendo que no es la única combinación en la que se puede controlar de una forma correcta al sonido, podremos ser mas conscientes a la hora de estudiar, conocer con exactitud cómo y porqué el sonido se produce y desde ahí poder controlarlo.
Tomás Cunsolo
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