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Mi querido diario y cómo cambió mi vida como violinista.

Actualizado: 16 may 2020



Desde pequeño siempre he estudiado cada día. Cada día sacaba el violín del estuche, lo, ‘afinaba ‘, tocaba todas las canciones que tenía de deberes, lo limpiaba y lo guardaba de nuevo. ¡Que fácil que era! Tenía que tocar varias veces cada canción para asegurarme que mi profesor no me regañara. Pero a medida que fui creciendo, las cosas cambiaron. Las obras se ponían más difíciles y mi único recurso de estudio era repetir y repetir. Mi profesor comenzaba a impacientarse al ver que lo único que mejoraba era mi capacidad de lectura y cuestionaba que yo realmente haya estudiado. Tenía que jurar que sí que lo había hecho! Él al ver mi cara de pánico e impotencia decidió darme el beneficio de la duda y me pidió que apuntara todo lo que estudiaba cada día. Como qué obra tocaba, qué parte de la canción practicaba más, qué sentía que era lo que más me costaba de esa obra. Los primeros días no sabía que poner además de que había hecho una canción 5 veces seguidas sin parar. Hay que entender que sólo tenía 8 años, y hacía sólo 3 que había aprendido a escribir. Aún así, llegué a la siguiente clase habiendo hecho todo lo que me había pedido mi profesor. Practiqué las obras de mi libro y escribí en mi diario de violín todo lo estudiado. De todas formas estaba un poco nervioso.

Al abrir mi cuaderno, mi profesor leyó cada día de estudio: "Judas Macabeo 3 veces. Dancla 5 veces, Minuet en sol mayor 8 veces"! Al terminar de leer, él levantó la cabeza y me miró con una media sonrisa. Por dentro se quería reír pero por fuera quería regañarme, y me dijo: “Si repites 3, 5, u 8 veces algo mal, te saldrá 3, 5, u 8 veces peor que antes de tocarlo”. ¡Mira este libro con las obras más conocidas de la historia simplificadas para violín! Esta frase se me quedó clavada en la cabeza desde entonces. Allí fue cuando entendí el verdadero concepto de estudiar, o al menos darme cuenta que lo que yo hacía no correspondía con su definición del diccionario. Durante toda la clase él me estuvo explicando cómo ir apuntando cada cosa que sucedía en la sesión de estudio: Compás 1, controlar la duración de la negra con punto; compás 9, mirar el patrón de ligadura (“patrón” la escribió él); revisar el tercer pasaje de la obra, etc.Desde entonces, mi forma de mirar una obra hizo un giro de 180 grados. Mi percepción de los detalles comenzó a crecer y mi habilidad técnica y musical comenzó a existir.

Claro, hay muchas formas de apuntar en su diario todo lo que uno hace con su violín, y es aquí donde comenzaron algunas dudas. Es importante saber cuándo uno necesita un cambio en su organización de estudio y cuándo uno realmente no la necesita. Si algo va bien, ¿para qué cambiarlo? Siempre es bueno probar diferentes formas de estudio, no se pierde nada, y se puede ver desde diferentes puntos de vista los objetivos a determinar. Estos son unos algunos consejos que me han ayudado a aprovechar eficientemente mi tiempo de estudio:

1) Tenemos que elegir si queremos apuntar las cosas en un cuaderno normal. Yo solía hacerlo de esta forma hasta que apareció Google Calendar. Aquí creé un calendario nuevo llamado Violín, en donde apunto con diferentes colores las obras que estudié y qué parte exactamente. Con el tiempo he ido aprendiendo qué cosas debía apuntar, y qué otras no. En temporadas solo apuntaba la velocidad alcanzada en el metrónomo en ciertos pasajes, especialmente si se trataba de obras de orquesta o cámara, donde había que alcanzar una velocidad determinada. También es importante tener un registro de las escalas estudiadas. Fue una sorpresa para mi al ver después de varios meses que había estudiado la escala de sol mayor 3 veces mas que la de do mayor, o que la escala de sol bemol mayor no había sido estudiada jamás.

2) Apuntar cada día de sesión, incluso si no has practicado o si te has tomado el día de descanso, De esta forma podemos mantener una regularidad e incluso poder planificar anticipadamente la próxima sesión, o más aún, toda la semana siguiente. Me ha sido muy útil para ser mas productivo al comenzar un día de estudio ya habiendo decidido anticipadamente qué estudiar exactamente.

3) Mantener una buena actitud, hay que tener en cuenta que nada va a ser una solución mágica y al final de cuentas lo importante es estudiar con concentración y alegría. Busca tu forma de estudio, no te limites nunca a una sola, explora diferentes caminos sin temores.

¿Y tú qué sueles hacer para estudiar? ¿Tienes algunos consejos?


Tomás Cunsolo

 
 
 

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